En el proceso de planificación del futuro empresarial, la adopción de nuevas tecnologías se convierte en un factor clave. La pregunta fundamental es: ¿Cuál es nuestra estrategia para identificar y adoptar nuevas tecnologías? Aquí se presentan pasos y consideraciones esenciales:
Enfoque estratégico de la tecnología: La implementación de tecnología ya no es simplemente técnica; es un asunto estratégico. Es crucial alinear las tecnologías con la estrategia empresarial. La visión y objetivos del negocio deben integrarse con las capacidades tecnológicas elegidas.
Alineación con metas y resolución de problemas: La tecnología adoptada debe ser capaz de respaldar la gestión de metas y resolver problemas operativos y de gestión. La eficiencia ganada a través de la tecnología debe contribuir significativamente a los objetivos comerciales.
Proyección a corto, mediano y largo plazo: Desde las capacidades y aspiraciones actuales, proyectarse en el tiempo es esencial. Las tecnologías adoptadas deben ser flexibles y capaces de evolucionar con la empresa. Los planes deben adaptarse a nuevos desafíos y oportunidades.
Revisión, Rediseño e Implementación de Procesos: Cuestionar y mejorar tanto los procesos core como los no core. Preguntas clave incluyen la adecuación de la dotación de personal, eficiencia en las entregas y tiempos en comparación con competidores. Buscar claridad en la operación y objetivos plausibles.
Implementación de Indicadores de Gestión: Evaluar la idoneidad de los indicadores para monitorear el negocio. Asegurarse de medir aspectos cruciales y recibir información oportuna. Identificar indicadores que faciliten la mejora continua y la consecución de metas.
Consideración de Aspectos No Evidentes: Al cuestionar y rediseñar procesos, es crucial identificar aspectos subyacentes, como la motivación y la predisposición al cambio de los equipos. No pasar por alto elementos que podrían limitar el potencial real de los equipos.
Microgestión y Mejora Continua: Entender, racionalizar y sistematizar la microgestión. Identificar indicadores que permitan la reflexión y fomenten la mejora continua. Considerar aspectos motivacionales y de predisposición al cambio para alcanzar objetivos aparentemente inalcanzables.
Estas etapas permiten abordar de manera integral la implementación de tecnologías, garantizando una alineación estratégica, eficiencia operativa y una mejora continua para alcanzar los objetivos empresariales.